
En Coding Wonder Women, seguimos compartiendo historias de mujeres que están transformando la tecnología y abriendo puertas para otras. Hoy conocemos a María Alexandra Galarza Gallardo, formadora en el bootcamp FemCoders de Factoría F5. Como sus compañeras ya entrevistadas Noelia y Ana, todas con una trayectoria profesional de lo más curiosa.
Su camino no comenzó en la programación, sino en la arquitectura. Pero su curiosidad y su determinación la llevaron a reinventarse profesionalmente y, ahora, no solo programa, sino que forma a nuevas generaciones de mujeres para que puedan acceder a oportunidades en la industria tecnológica.
María Alexandra cree en el poder de la educación, la comunidad y la inclusión para construir un sector más equitativo, y su trabajo en FemCoders es un reflejo de ello.
De la arquitectura al desarrollo web
La historia de María Alexandra es un testimonio de cómo la tecnología puede cambiar vidas. Tras una década trabajando en arquitectura, su interés por los datos y la tecnología la llevó a explorar nuevas oportunidades.
«Cuando estaba haciendo prácticas en la administración pública en Barcelona, mi tutor me habló sobre la cantidad de datos que recibían sobre el tráfico en la ciudad. Me intrigó tanto que empecé a investigar sobre análisis de datos. Pero los bootcamps de Big Data costaban más de 10.000 euros, algo inalcanzable para mí en ese momento.»
Fue entonces cuando descubrió Factoría F5, un programa de formación gratuita en desarrollo web. Aunque al principio fue con desconfianza, pronto se dio cuenta de que era una oportunidad real.
«Entré a estudiar desarrollo web frontend y me enamoré del código. Luego complementé mi formación con desarrollo fullstack y, al finalizar, busqué trabajo. Pero por mi situación administrativa, no podía incorporarme a ninguna empresa. Así que seguí aprendiendo y especializándome en React hasta que Factoría F5 me ofreció un puesto de co-formadora. Un año después, me convertí en formadora principal del programa FemCoders.»
Ahora, María Alexandra no solo ha construido una nueva carrera para sí misma, sino que ayuda a otras mujeres a hacer lo mismo.
El impacto de la enseñanza
Como formadora, María Alexandra encuentra su mayor satisfacción en el éxito de sus alumnas.
«Cuando una de mis alumnas consigue su primer trabajo en tecnología y logra estabilizarse económica y emocionalmente, me llena de alegría. Pero lo más gratificante es ver cómo cada día van venciendo sus miedos y ganando confianza en sí mismas.»
Sin embargo, el camino no siempre es fácil. Muchas de sus estudiantes enfrentan barreras como la falta de conciliación, la presión familiar o la inseguridad económica.
«Hay momentos en los que mis alumnas quieren dejar los estudios porque creen que no pueden con todo. Nuestro trabajo, junto con mi equipo, es apoyarlas y recordarles que sí pueden. No siempre conseguimos que continúen, pero cada historia de éxito nos motiva a seguir adelante.»
Para afrontar estos desafíos, María Alexandra se apoya en su equipo y en la comunidad. «Hablar con mis compañeras me ayuda a tener otras perspectivas y a encontrar nuevas formas de apoyar a nuestras alumnas. También es importante desconectar, hacer ejercicio, pasar tiempo con la familia y los amigos para recargar energías.»
Una industria con retos, pero llena de oportunidades
Aunque María Alexandra no ha experimentado discriminación en el sector tecnológico, sí la vivió en el mundo de la arquitectura.
«En tecnología, al estar en una organización sin ánimo de lucro, he tenido la suerte de no vivirlo en primera persona. Pero sí lo veo en mis alumnas. La industria tech está cambiando, pero todavía hay muchos prejuicios que debemos derribar.»
Para reducir la brecha de género en la tecnología, cree que el cambio debe empezar desde la educación y la sociedad.
«No es solo un problema de la industria, sino de la sociedad en general. Necesitamos educar con valores, empoderar a las mujeres y darles herramientas para que puedan defenderse y exigir su espacio en el sector.»
En cuanto a referentes, no se inspira en personas famosas, sino en sus propias compañeras de trabajo.
«Cada día aprendo algo nuevo de mujeres increíbles que me rodean: la claridad de Cris, la perseverancia de Andrea, la creatividad de Laura y la planificación de Gabi. No hace falta mirar lejos para encontrar inspiración.»
Tendencias tecnológicas que inspiran
María Alexandra sigue con especial interés dos áreas clave:
- La inteligencia artificial (IA): «Su impacto en la sociedad ya es enorme y seguirá creciendo.»
- El green software: «Es crucial empezar a hablar del impacto ambiental del Internet y la IA.»
Para mantenerse actualizada, prefiere explorar información por su cuenta en lugar de depender de herramientas de IA.
«Si quieres aprender algo nuevo, busca artículos en internet, únete a comunidades y explora temas que ni sabías que existían. La curiosidad es tu mejor aliada.»
Recomienda a las personas que quieren aprender desarrollo web experimentar sin miedo y explorar diferentes ramas tecnológicas.
«El desarrollo de software abre muchas puertas. No es fácil, pero con constancia y trabajo se puede lograr. Lo más importante es tratarte con cariño y disfrutar el proceso.»
El poder de las comunidades tech
Para María Alexandra, las comunidades han sido clave en su crecimiento profesional y personal.
«Sola puedes llegar lejos, pero acompañada es más bonito y enriquecedor. Tener una red de apoyo hace que el camino sea más fácil y significativo.»
Pertenece a comunidades como FemCoders Club, CodeWomen y TechFems, donde encuentra inspiración, apoyo y oportunidades de crecimiento.
Su consejo para quienes se sienten intimidadas por unirse a una comunidad es claro:
«No te aísles. Hay más mujeres que han pasado por lo mismo y que pueden ayudarte. Prueba, habla con la gente, haz red. No estás sola en esto.»
Educando, programando y transformando vidas
La historia de María Alexandra es un ejemplo de cómo la tecnología puede ser una vía para el cambio y la inclusión. Desde su propia reinvención profesional hasta su trabajo formando a mujeres en FemCoders, ha demostrado que con oportunidades y apoyo, se pueden transformar realidades.
¡Nos vemos en la próxima edición de Coding Wonder Women!