A mediados de marzo de 2020 un evento sin precedentes sacudió España y el resto del mundo: una pandemia a la que siguió un confinamiento que en el caso de este país duró varios meses. Evidentemente un acontecimiento así deja huella en todos los aspectos de nuestra sociedad pero ¿cómo ha afectado al sector tech específicamente y cómo han cambiado las cosas desde entonces, ahora que estamos ya a punto de cerrar el año 2023?
Tres años dan para mucho
Justo antes de la pandemia, yo llevaba varios meses estudiando de forma autodidacta porque había tocado fondo: mis estudios de filología hispánica, mis tres idiomas y mi carrera en la traducción no me daban para vivir dignamente. Pocos meses después de que nos confinasen, encontré mi primera oportunidad laboral, sin experiencia previa, sin estudios reglados y (por motivos obvios) en la soledad de mi casa. Mi «timing» fue bastante especial, pero desde entonces y a medida que he ido conociendo a más gente del sector, me he dado cuenta de que muchas y muchos de nosotros nos incorporamos al sector tecnológico desde otras profesiones durante esos meses que siguieron al primer día del confinamiento. La gran mayoría huíamos de la precariedad laboral, burnout, un futuro profesional incierto y unas condiciones de vida que cada vez se nos hacían más cuesta arriba, independientemente de los estudios y la preparación que tuviéramos.
A día de hoy, después de haber pasado por varias empresas y haber alcanzado cierta estabilidad y reconocimiento en mi trabajo, he dado muchas charlas y he mentorizado a personas que se han acercado a mí en busca de un consejo sobre cómo afrontar un cambio de carrera parecido al mío. Y de lo que me he ido dando cuenta es que el sector ha cambiado de forma espectacular en tan solo tres años hasta el punto de que algunos consejos que valían hace año y medio a día de hoy no tienen tanto sentido.
Tan solo hace tres años los bootcamps eran un fenómeno bastante tímido y que muchas personas desconocían. Si querían entrar en el sector tech, la mayoría de las personas optaban por un FP. Una ingeniería debido a su coste y el tiempo que lleva desafiaba el propósito que muchas de esas personas tenían: abandonar cuanto antes su profesion actual y encontrar su primer trabajo en tecnología. Hubo, sin embargo, una oleada de personas que sí se enteraron de la existencia de los bootcamps y de las ventajas que estos podían ofrecer: una formación muy intensa pero corta en el tiempo y que te daba las habilidades mínimas necesarias para pasar tu primera entrevista de trabajo.
Muchas de estas personas, ya sea por falta de recursos e información o por preferencia personal, decidieron probar suerte sobre todo en roles que tuvieran que ver con programación frontend y bootcamps como el de Adalab rápidamente cogieron revoluciones.
Por aquel entonces, a finales de 2020 y principios de 2021, una persona que partía de cero podía completar un bootcamp de seis o incluso de tres meses y encontrar un trabajo con bastante facilidad debido a la alta demanda de profesionales que había. Las empresas vieron en las personas que se incorporaban a tech desde otros sectores la mina de oro que eran: gente con poca o ninguna experiencia laboral en tecnología pero formación en otros sectores, experiencia vital y muchas, muchas ganas de aprender y mejorar. Las contrataciones subieron como la espuma y también los bootcamps y formaciones intensivas.
¿En qué punto estamos ahora?
Por desgracia, como cabría esperar, cada acción tiene su reacción y poco a poco el mercado laboral se ha ido «saturando» y a día de hoy ya no es tan sencillo encontrar trabajo cuando sales de un bootcamp. Muchas personas se pasan meses y meses echando CVs sin llegar a encontrar esa primera oportunidad laboral que tanto necesitan y otras tantas, abandonan su sueño de convertirse en programador/a bastante decepcionadas al no encontrarse esa facilidad para encontrar trabajo que se les había prometido. ¿Quiere eso decir que el sector tech se ha saturado? ¿que lo hemos «roto? Ni muchísimo menos. Lo único que quiere decir es que ahora tienes que adoptar una estrategia un poco diferente a la hora de intentar conseguir tu primer trabajo.
Como ya he dicho, muchas cosas han cambiado desde 2020 pero hay muchas otras que siguen siendo válidas: este sector es uno de los mejores (si no el mejor) para acoger a gente que viene de otras profesiones o ha decidido empezar su carrera un poco más tarde de lo normal. El número de puestos que se necesita no decae de forma significativa y aunque evidentemente hay de todo y para todos, existen muchas empresas que ni siquiera se fijan en la educación reglada que tienes con lo que en muchas ocasiones dependes de tu capacidad de “venderte” y los conocimientos demostrables que hayas podido acumular.
Es posible que se ha hecho más complicado conseguir el primer puesto de trabajo (sobre todo en especialidades como frontend donde el número de perfiles junior ha crecido exponencialmente a lo largo de los últimos años) y pasar de ser “wannabe” a ser junior de pleno derecho pero sigue siendo más que factible si sabes cómo afrontar tu búsqueda y tienes un poco de paciencia.
No te desesperes, sigue siendo factible
En primer lugar y antes de empezar siquiera a hacer cualquier cosa debes decidir qué rama de la tecnología es la que más te atrae. Ahora ya sabemos que en tecnología no todo es programación y desarrollo. Con el creciente número de startups y empresas tecnológicas y con el boom de las herramientas que nos han abierto un mundo de posiblidades (nube pública, Machine Learning etc), perfiles como Data Analyst o Data Engineer han ido cogiendo cada vez más tracción. Por otro lado la pandemia y el remoto forzado ha generado una revolución entre los perfiles de infraestructura: han aparecido perfiles tipo SRE y Platform Engineer y son cada vez más necesarios los arquitectos cloud para poder diseñar e implementar las bases de una empresa tecnológica.
Evidentemente se siguen necesitando desarrolladores: frontend, backend, mobile, full-stack…Y no perdamos de vista el hecho de que a pesar de que algunas empresas quieran deshacer una de las pocas ventajas que nos ha dado la pandemia (el remoto), el avance de la contratación internacional en parte potenciado por ésta sigue siendo imparable. Esto abre más puertas a cualquier tipo de perfil y ofrece muchas más posibilidades, especialmente a aquellas personas que hablen inglés.
No es un trabajo fácil decidir qué camino vas a querer coger en este sector pero de un tiempo a esta parte los recursos sobre las distintas especialidades son prácticamente infinitos. En internet puedes encontrar toda la información que necesitas sobre las diferencias entre los distintos roles, las tecnologías que se requieren (te recomiendo hacer alguna que otra búsqueda en LinkedIn y quedarte con las tecnologías que más suenan para empezar) e incluso testimonios de personas que ya están trabajando en esos puestos ya sea en forma de Vlogs de Youtube (“A day in a life of ____ engineer”) o testimonios en RRSS y blogs.
Una vez decidida tu especialidad vas a tener que enfrentarte a tu segunda gran decisión: cómo aprender lo que necesitas para encontrar tu primer trabajo. Como ya te imaginarás hay varias formas de afrontar ese reto: estudiar una ingeniería, un FP o grado superior, apuntarte a un bootcamp de larga o corta duración…e incluso ser autodidacta. Todas esas opciones son válidas pero tienes que tener en cuenta que tu “plan de estudios” sobre todo debe adaptarse a tus necesidades, los tiempos que manejes y la economía que tengas.
Por ejemplo una carrera universitaria puede darte unas bases sólidas sobre las que cimentar tu carrera en tecnología pero es la opción más costosa tanto en tiempo como económicamente por lo que si tienes prisa (porque por ejemplo estás en el paro y necesitas encontrar un trabajo con urgencia) puede no ser tu mejor opción. Un grado superior por otro lado, es significativamente más barata y te ofrece un marco reglado igual que la carrera pero sigue requiriendo varios años de tu tiempo y en ocasiones es difícil compaginar con un horario laboral.
Ya he hablado del boom de los bootcamps y como te imaginarás es otra de las vías que puedes tomar para adquirir conocimientos. Aquí cabe destacar que debes tener mucho cuidado a la hora de apuntarte a un bootcamp. Este tipo de formaciones han surgido como setas en el último año y poco y como cabría esperar la calidad no es igual en todos ellos. No corras a darles tu dinero sin fijarte en unas cuantas cosas antes: quién da las clases, qué se espera que aprendas y quiénes serán tus compañeros/as. También es importante que hables con gente de ediciones anteriores y les preguntes cómo les fue para evitarte disgustos. Las comunidades tecnológicas en internet también son un buen sitio para recopilar información y experiencia: si un bootcamp tiene fama de ser flojito o un “sacacuartos” es algo que se comenta enseguida.
Elijas el camino que elijas lo más importante es que sepas que ninguno te va a dar la formación definitiva y huye de las formaciones que te digan que lo son. Ninguno te preparará al 100% al mercado laboral ni te dará toda la formación que necesites. Vas a tener que estudiar por tu cuenta, mejorar tus puntos débiles y estar al día de la situación del sector para poder elaborar un CV atractivo para las empresas.
No te fijes en esos maravillosos artículos de internet que dicen que alguien que trabajaba de camarero hace seis meses ahora cobra 30k al año como programador: el camino no va a ser tan rápido y los primeros trabajos distarán mucho de ser una panacea.
He empezado este post diciendo que los años que han pasado desde la pandemia han cambiado mucho este sector, especialmente para los juniors, y eso es cierto. Ya no es tan sencillo encontrar tu primer trabajo, algunas empresas se empeñan en volver a un modelo de trabajo presencial, otras se lo piensan bastante más antes de contratar a alguien sin experiencia…pero no quiero que te asustes. Eso no quiere decir que has tomado una mala decisión si quieres meterte en tecnología, simplemente será un poco más difícil lograrlo.
Céntrate en tu especialidad, saca el mayor provecho de la formación que hayas decidido cursar, estudia y completa los conocimientos por tu lado, apóyate en las comunidades tecnológicas que hay en rrss y ahora también en tu ciudad y, sobre todo, no esperes milagros.
La parte positiva es que mucha información que necesitas está online: fórmate un criterio y estoy convencida de que pronto podrás presumir de tu primer contrato en Tech. ¡Animo!
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